El regalo inesperado

Con las nuevas tecnologías, no podemos evitar que los niños estén en contacto con los medios digitales; por lo tanto, debemos tomar precauciones.

En las pasadas fiestas decembrinas, hubo muchísimos regalos y peticiones para Santa; tal vez, los pequeños habían encargado algún dispositivo como: teléfonos inteligentes, consolas, tabletas, etc. Y en algunos casos, muchos pequeños fueron premiados con alguno de ellos.

Hoy, llegan al colegio estrenando y compartiendo que han aprendido cómo utilizarlos al máximo. Es impresionante ver que, a tan corta edad, puedan manipular un dispositivo e incluso, sin haber leído un instructivo previo, haciéndolo todo por intuición. Es ahí donde, como padres debemos estar al tanto de sus actividades, de los accesos que les estamos otorgando o, peor aún: debemos ser conscientes de que les dejamos totalmente abierta la puerta a un mundo digital que está lleno de riesgos y amenazas. Por tal motivo, no debemos bajar la guardia y debemos actualizarnos constantemente, debemos convertirnos en monitores con el fin de proteger la seguridad de nuestros pequeños. Tenemos que concientizarlos acerca del uso adecuado de sus dispositivos y hablarles abiertamente de las consecuencias que existen al manipularlos indebidamente o al jugar con contenido inapropiado.

Cuando nuestros pequeños comienzan a experimentar con aplicaciones populares como las que les permiten crear sus propios videos llenos de contenido inimaginable -hacer caras chistosas, bailar, contar un chiste, imitar a alguien, posar, etc.- y lo hacen sin establecer controles de privacidad adecuados, por lo que corren el riesgo de ser contactados y acosados por personas sin escrúpulos e incluso, con intenciones perversas.

Recuerda que el ciberacoso es una forma de acoso y agresión que se produce entre pares teniendo como medio el Internet, el celular u otra tecnología, con la intención de propagar mensajes o imágenes crueles que son visualizadas por varias personas. La reproducción rápida de mensajes y su permanencia en la web resultan una pesadilla para la víctima.

Lo anterior está demostrado por las estadísticas que indican que el 44.7% de alumnos en México ha sufrido algún acto de ciberacoso como violencia verbal, psicológica y física según la OCDE.

Hay un gran peligro que corren nuestros pequeños al grabarse y compartir el contenido con amigos o al subirlo a sus redes sociales; están permitiendo que su intimidad quede expuesta en la red sin saber que pueden ser víctimas de acoso, burlas o amenazas. Por supuesto, sabemos que el mundo digital no es del todo malo, pero ellos tienen que estar preparados e informados para saber cómo actuar y cómo comunicar cualquier tipo de circunstancia en donde se sientan amenazados, intimidados e inseguros. Fomentemos en casa un sano ambiente de comunicación y de confianza con nuestros chicos, así nunca tendrán la necesidad de ocultarnos nada.
Les dejo algunos consejos para que nuestros niños no corran el riesgo de ser acosados por ciberdelincuentes:

  • Si les obsequias algún dispositivo asegúrate de protegerlo con los controles parentales.
  • Platica abiertamente de las consecuencias que existen si comparten contenido de índole sexual.
  • Recuérdales que su intimidad es privada y que no tiene que exhibirse con nadie, ni con sus amigos.
  • Nadie los puede obligar a hacer retos para poder formar parte del grupo de amigos.
  • Nunca deben acceder a las aplicaciones que no son apropiadas para su edad.
  • Si deciden crear su red social cuando son menores de edad, forzosamente tiene que estar bajo supervisión de algún adulto
  • Por ningún motivo deben aceptar solicitud de amistad de ningún extraño
  • Adviérteles que una vez que comparta contenido inapropiado no lo podrán recuperar.
  • Revisa las políticas de privacidad de las aplicaciones que quieran usar.
  • Revisa periódicamente sus actividades en el dispositivo.
  • Platica constantemente sobre cuáles son las aplicaciones que le llaman la atención y por qué.

Permítete ser un principiante, nadie empieza siendo perfecto.
Por Lupita Mejía