Dentro del lenguaje cotidiano de una persona, es muy posible que la conjunción de las palabras “Conciencia en seguridad” pueda tener varias interpretaciones o no ser del todo clara, dependerá del individuo y de su contexto, entendiendo esta diversidad considero válido hacer un ejercicio de homologación de concepto, iniciemos por conciencia.
¿Qué es conciencia?, según algunas definiciones es el “Conocimiento responsable y personal de una cosa determinada, como un deber o una situación”, también se dice que es el “Conocimiento de un individuo sobre sí mismo, y de su entorno.”
¿Y qué es la seguridad?, se dice que es la “Ausencia de peligro o riesgo”, también se define como la “Sensación de total confianza que se tiene en algo o alguien”, entonces, la inseguridad, es todo lo opuesto.
Expuesto lo anterior, conjuntando ambos términos en el concepto de “Conciencia en seguridad” podríamos decir que es:
La capacidad del individuo para identificar y detectar situaciones seguras y/o peligrosas dentro de su ambiente, y actuar ante ellas, ya sea a través del desarrollo y adopción de procesos, procedimientos, políticas, normas y regulaciones, hasta cambios de hábitos, costumbres y paradigmas.
Dicho esto, ¿Cuál es el objetivo entonces de la conciencia en seguridad?
Sensibilizar, enseñar a detectar y actuar ante posibles riesgos y amenazas, de tal forma que las personas y las organizaciones desarrollen una cultura de seguridad con bases homogéneas sobre cuidado y protección, independientemente del entorno en que se encuentre.
Ahora que ya todos tenemos el mismo concepto, lo siguiente es aplicarlo a un contexto, cualquiera, ya sea en nuestro centro de trabajo, en los lugares públicos como centros comerciales, en nuestra comunidad, la escuela en el caso de nuestros hijos, y por supuesto, en nuestro hogar.
Ahora bien, cómo desarrollar la “Conciencia en seguridad”, para ello debemos considerar los siguientes ambientes, que llamaremos “dominios”: el físico, el cibernético y las personas con las que convivimos.
En el dominio físico debemos considerar todo aquello que pueda implicar un riesgo o una amenaza, incluye todo, desde el hogar hasta los lugares por donde nos desplazamos, hasta aquellos a los que nos dirigimos y permanecemos.
En el dominio cibernético, debemos considerar los riesgos y amenazas en nuestra interacción al estar conectados a internet a través de dispositivos tecnológicos como lo son: computadoras, servidores, teléfonos, tabletas, electrodomésticos como televisores inteligentes, refrigeradores, cámaras de CCTV, gadgets como Alexa, etc., es decir, cualquier cosa que se conecte a la red.
Y finalmente el dominio de las personas, todo aquello que ponga en riesgo a compañeros de trabajo, clientes, socios, amigos, familia, hijos y a usted mismo, ya sea en el dominio físico como en el cibernético.
Una vez conocido e identificado estos riesgos que amenazan la integridad de las personas en cualquiera de los tres dominios, pensemos cómo podrían presentarse e integrase en todos los aspectos de nuestra vida y lo importante que es considerar la seguridad en los tres.
En nuestros próximos artículos hablaremos de uno de los activos más valiosos de cualquier entidad, la información, y la conjugaremos dentro del concepto de “Conciencia en seguridad de la Información”.
Por Eleazar Cruz