¿Robo de identidad? ¡Cuidado! todos estamos expuestos a tener un “gemelo virtual”

Hoy les quiero platicar del “robo de identidad”. ¿Sabes si en verdad eres el único que puede hacer uso de tus datos o de tus cuentas?

Comenzaré explicando qué es el robo de identidad: es la situación que se presenta cuando alguien usurpa, a través de la obtención de datos personales, la identidad de otra persona haciéndose pasar por ella y con esta comete estafas, fraudes o extorsión.


Cuando alguien decide hacer uso de nuestra identidad, es decir, decide suplantarnos, nunca tendrá la amabilidad de avisarnos y ocupará nuestros datos sin dejar huella. Prácticamente, el suplantador se convierte en nuestro “gemelo virtual”. Él estará hurgando constantemente en nuestras pertenencias virtuales con el fin de obtener información. Por ejemplo: con nuestras redes sociales podrá conseguir nombres, datos de familiares cercanos, fechas de cumpleaños, correos electrónicos, teléfonos, lugares que frecuentas, trabajos y un sinfín de preferencias.

Tal vez, cuando nos mencionan “robo de identidad” lo primero que se nos viene a la mente es: “ojalá que no vayan a clonar el usuario de mi red social”, pero en realidad esta situación va más allá de eso: desde hacer publicaciones en tu nombre, enviar información a tus contactos, clonar tu tarjeta, acceder a tus cuentas bancarias y ¬hasta contratar créditos. En algunos casos somos nosotros mismos quienes brindamos esa información confidencial sin habernos dado cuenta. Todo esto puede llevarse a cabo con o sin internet.

¿Cómo sucede?

Sin internet nos pueden ¬contactar a través de una llamada telefónica (a esto se la llama “ingeniería social”); de manera que los estafadores pueden obtener información confidencial con simples preguntas que, al resultarte normales, podrían lograr que brindes información a cualquiera y que así fácilmente puedan robar tu identidad. Si te conectas a internet podrán intentar obtener tus datos mediante phishing: enviándote mensajes de instituciones bancarias, comercios, de tu oficina u otras organizaciones con las que tengas relación. Estos mensajes podrían estar ligados a sitios web falsos con múltiples fines.

¿Estamos conscientes de estar usando discretamente nuestros datos para no ser reemplazados por nuestros “gemelos virtuales”? Lo más importante es ser cuidadosos con nuestra información. Según estadísticas que nos comparte CONDUCEF, en el periodo enero-diciembre de 2018 las quejas por fraudes cibernéticos crecieron 25% respecto al mismo periodo de 2017, y representan cada año una mayor proporción (del 12% en 2013 al 59% en 2018). El monto reclamado de los fraudes cibernéticos ascendió a $9,517.2mdp; se bonificó solo el 55% y 88 de cada 100 fraudes cibernéticos se resolvieron a favor del usuario. Estos fraudes cibernéticos son en su mayoría derivados de una suplantación de identidad.

Te comparto algunas sugerencias para protegerte:

  • Sé cuidadoso con las publicaciones que compartas en redes sociales, sobre todo con la información personal.
  • Nunca accedas a tus cuentas bancarias desde una computadora pública.
  • Nunca compartas tus contraseñas o tu NIP a través de correo electrónico o WhatsApp.
  • Jamás brindes información personal si la solicitan vía telefónica o correo electrónico.
  • No dejes evidencia de estados de cuenta bancarios.
  • Revisa siempre que tus transacciones bancarias sean seguras.
  • Nunca pierdas de vista tu tarjeta cuando efectúes cualquier pago.
  • Cambia periódicamente tus contraseñas.

“Antes de intentar encontrar un culpable pregúntate sobre tu propia responsabilidad”
Lupita Mejía

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puedes usar estas etiquetas y atributos HTML:

<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>